¿"TORRIJISMO DEL SIGLO XXI" O "SOCIALISMO DEL SIGLO XXI"?

Balbina y sus Noriegas
Por: Azihra Valdés
El primer sueño de Balbina se cumplió: ganarle a Juan Carlos Navarro y ser la candidata que representará al partido PRD en la dura contienda que se llevará a cabo este 3 de mayo de 2009. Pero, más que derrotar a este Alcalde confiado, demostró que los panameños sufrimos de lagunas mentales.
Tenemos que ser justos y felicitar a los miles de perredistas que acudieron a las urnas y demostraron su compromiso con la democracia, además de felicitar al PRD por la muestra de organización, pero, fuera de este acontecimiento democrático, quiero llamar a la reflexión de los miles de votantes que tienen en sus manos la elección del nuevo dirigente de esta nación: ¿Queremos a Balbina Herrera en la Presidencia de nuestro país? Señores, ¿recuerdan los años 80 o les dice algo la frase civilista visto, civilista muerto?
En el último debate, Herrera dio muestras de su pobre manejo y poco conocimiento de la problemática del país y cuando se le tocó el tema Manuel Antonio Noriega se le "aguaron los helados"; no sabe qué decir ni qué hacer cuando le recuerdan y preguntan sobre su activa participación en el "noriegato". Entonces, ¿cómo vamos a darle la oportunidad a alguien que no muestra su capacidad ni explica su pasado?
La experiencia le ha enseñado a decir lo que debe decir y callar lo que no debe decir, pero "de corazón" debe explicarnos a los panameños qué es lo que calla o esconde cuando dice públicamente, "he aprendido a no decir más de lo que debo".
Usted, amable lector, saque sus conclusiones de tales declaraciones de alguien que se quiere vender como la persona sincera y transparente que, en realidad, no es.
En su discurso de victoria admitió que ahora lo más importante es la proyección del partido hacia el país. ¡Qué risa! Como siempre, poniendo sus intereses políticos y personales por encima de los intereses de este pueblo, montada sobre un PRD que en 40 años no ha cumplido sus promesas de campaña.
Dice estar lista para trabajar frente al peor escenario posible, es decir que la oposición vaya unida. Pero antes de preocuparse por tales incertidumbres debería plantear su meta inmediata en explicarnos a la juventud su vinculación con Noriega o el porqué de su ensañada y cruenta guerra en contra de los civilistas y en contra de una democracia a la que combatió hasta con las armas y que ahora defiende porque es el plato que está servido en la mesa. Pero detrás de toda esa nueva fachada existe una estrecha y secreta vinculación con su Noriega del momento: Hugo Chávez.
(La autora es periodista)