domingo, 14 de septiembre de 2008

BALBINA JUNTO A LAS AMENAZAS DE SU EQUIPO PROVOCAN DESUNION DEL PRD



ANALISIS. Los tiempos de la línea quedaron en el pasado
El PRD deja de ser una maquinaria monolítica
La dura campaña en las primarias dejaron astillas en el oficialista partido que amenazan con convertirse en importantes fisuras.

El Partido Revolucionario Democrático ya no es el mismo. Desde el pasado domingo 7 de setiembre, dejó de ser la maquinaria monolítica que se movía en masa según "la línea" que alguien "dibujaba" en las alturas. Por primera vez en su historia, el partido se astilló.Y como una astilla surgió la que eventualmente podría convertirse en una disidencia. Se trata de una fuerza cuya cabeza visible es Juan Carlos Navarro, quien obtuvo casi 200 mil votos de los 453 mil emitidos.

Muchos de esos votantes no están dispuestos a seguir a Balbina Herrera. Guadalupe, una militante de Villa Lucre, quien está en el PRD hace 20 años, asegura: "Ella (Balbina) dividió al partido, prometió apoyar a Juan Carlos y mira lo que hizo… yo me voy a salir".Pero hay quienes están en el otro lado del camino. Esther, una herrerana fundadora del PRD (1979) dice lo contrario: "Juan Carlos llegó a última hora y quiere ser presidente (…) Balbina viene de abajo, es como nosotros y va a trabajar para ayudarnos (…) viste que la dejaron sola en la proclamación, ahí nada más había pueblo, el que se quiera ir que se vaya".

Ruptura.

Es la primera vez que en el PRD se da una polarización de esta magnitud. Para las elecciones de 2004, en las primarias el hoy presidente del país, Martín Torrijos Espino, ganó con 98.3% de los votos válidos emitidos, según los archivos electrónicos encontrados en el sitio www.prd.com.pa.
En aquella ocasión se enfrentó a Francisco Sánchez Cárdenas (1%); Carlos "Pito" Lemm (0.3%); y Mitchell Doens (0.5%).Para las primarias de 1998, que también ganó Martín ante una docena de adversarios, con un porcentaje similar, la competencia fue igualmente ilusoria, pues el candidato estaba "predestinado" después de la derrota en el referéndum que echó por la borda la reelección de Ernesto Pérez Balladares.

Las primarias que dieron a Pérez Balladares como candidato, en 1993, tampoco tienen como escenario un ambiente como el actual, pues el PRD venía por primera vez a una contienda democrática después de la invasión de 1989, y su figura surgió como tótem de poder y unidad.Para el observador desprevenido, los casi 200 mil votos de Navarro no significan nada en un partido que se acerca a los 700 mil adeptos. "Balbina es triunfadora, así lo hubiera logrado con un voto".Pero la realidad es otra, y Juan Carlos lo sabe. La correlación de fuerzas es distinta, y ya no hay mando unificado. Por eso, Navarro no quiere que el caudal que obtuvo guarde silencio. Todo lo contrario, está haciendo ruido para que el asunto no se convierta en una cifra fría.Reclamando su espacio.

Mientras se proclamaba a Herrera como candidata oficial, Navarro estaba pautando en los diarios un anuncio en el que, en lugar de felicitar a la ganadora, lo que hace es blandir los votos que obtuvo, y subrayar lo que ellos simbolizan: "Somos una fuerza importante dentro del partido".Pero Navarro no fue el único. Nito Cortizo, el ministro que se atrevió a saltar del Gabinete de Torrijos, en desacuerdo con algunas líneas del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, también pautó su anuncio, y se atrevió a decir que en el PRD existen tres fuerzas diferentes: los cortizistas, los navarristas y los torrijistas.

El factor Navarro.

¿Qué poder pueden garantizarle a Navarro sus casi 200 mil votos? Hay dos hipótesis. La primera, que, aunque perdió la candidatura presidencial, sus seguidores ganaron la mayoría de los puestos a elección. Esto significa que de ganar Balbina en el 2009, gobernará con una fracción perredista, en teoría dominada por Juan Carlos.Habría que preguntarse si el extremo es posible: esos representantes de corregimiento, alcaldes y diputados "navarristas" llegarán a desoír una voz de mando desde el Palacio de las Garzas, si es que este es ocupado por Balbina. Mirarán primero hacia el rincón desde donde su "caudillo" Juan Carlos estará asintiendo o disintiendo?

La otra hipótesis nos dice que lo que busca Navarro es la protección de su gente, que la nueva dirigencia no los persiga ni los arrincone en la oscuridad. Esos casi 200 mil "navarristas" representan la garantía de una futura candidatura, y a Juan Carlos le toca cuidarlos.

No hay comentarios: